Transcribimos la entrevista realizada por el periódico El País a Juan Diego Saa, gerente del Plan Jarillón. Para ver el artículo original, presione aquí.
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El alcalde Armitage sostiene que su prioridad para Cali es ejecutar el Plan Jarillón: al 2018 tiene que tener evacuada la totalidad de las 8777 familias del allí. De ellas, en los últimos dos años y medio el Municipio ha podido trasladar solo a 1950.
Juan Diego Saa, gerente del Plan Jarillón, tiene en sus manos la misión de orientar estas tareas para que finalmente se logre hacer el reforzamiento de la estructura, la cual amenaza a Cali pues, si se fractura, puede inundarse media ciudad y quedarse sin acueducto. ¿Cómo lo hará? De la nueva estrategia de la Alcaldía conversó con El País.
¿Cómo va el Plan Jarillón?
Cuando arrancó esta administración tuvimos que hacer una reingeniería y reajustar los cronogramas para poder cumplir con los tiempos inicialmente pactados con el Fondo de Adaptación, porque veníamos de unos atrasos.
Establecimos que para el 2018 todas las familias que habitan sobre el jarillón y alrededor de las lagunas de El Pondaje y Charco Azul deberán estar reubicadas (son 8777). Las obras de reforzamiento del dique deben estar en el 2019. No es necesario reasentar a todas las familias para hacer las obras, sino que se van haciendo por tramos.
¿Cuántas familias han reubicado?
1950 familias, que están en Potrero Grande, Llano Verde, Río Cauca y Ramalí. Se ha iniciado también el reforzamiento del dique en algunas zonas que ya estaban liberadas, de la Simón Bolívar con 50 (donde estaba la antigua escombrera) hasta de la desembocadura del Canal Interceptor Sur en el río Cauca, son seis kilómetros y medio que se están reforzando. Hay dos tramos que están liberados: antiguo Brisas del Nuevo Amanecer y Parque Lineal de la CVC, entre los dos son dos kilómetros que se van a empezar a reforzar, ya está el proceso licitatorio andando.
¿Cómo van a lograr esa reubicación? Les faltan más de seis mil familias y tienen dos años. Y en dos años y medio que ya pasaron solo movieron a 1950...
Los dos años y medio que llevamos nos han servido como aprendizaje, no podemos decir que se ha perdido el tiempo. El Plan Jarillón es el proyecto de reasentamiento más grande de América Latina en este momento. Para que hagamos una comparación, Gramalote, todo un pueblo, son 800 familias.
Es decir, estamos hablando de mover un pueblo de 8000 familias, 30.000 personas, un municipio pequeño. En Colombia no hay una experiencia como esta. Ya tenemos herramientas para acelerar el proceso.
En septiembre salió un decreto por el cual se establece el otorgamiento de compensaciones económicas a las familias del jarillón. Si recordamos, anteriormente las opciones que había para reasentar a las familias era solo una vivienda, pero tenemos que en el jarillón hay gente con una actividad productiva (marraneras, etc).
¿Cómo se aplica ese decreto?
Ya está funcionando, llevamos desde mediados de septiembre haciendo la socialización familia a familia en el sector de Las Vegas-Venecia. Se establecen diferentes tipos de compensaciones para unidades productivas, si tienen contabilidad, si son formales, para quienes tienen cruce catastral, etc. 43 familias han aceptado la propuesta, quieren salir voluntariamente con este modelo y entienden que el jarillón es de la ciudad y que hay un gran riesgo.
¿Entre qué valores está esa compensación económica?
Entre 70 salarios mínimos y 0,3 salarios mínimos. Eso es entre $48 millones y $206.000. El caso de lo mínimo corresponde a la persona que no aceptó voluntariamente la compensación y su reasentamiento, que tenemos que llegar al momento de la restitución de bien de uso público (el desalojo y demolición) y para que no quede en estado de indefensión se le da ese valor para que pueda esas noches pagar un arriendo y comprar algo de comida.
El Municipio con eso está garantizándole los derechos a la gente. Los pagos que se hacen son por única vez. Lo de los $48 millones (según la valoración del negocio se da hasta ese valor) es para facilitarle a la persona que traslade su unidad productiva, no es que se la estemos comprando.
¿Cuánto tienen para aplicar ese modelo de compensación económica?
Fuimos muy ácidos en el cálculo y esperamos que todos lo acojan, es mejor salir de amigos y por las buenas, que por las malas, además es más rápido. Ya tenemos claro a quiénes les corresponde qué y hasta qué montos y en ese sentido los recursos nos alcanzan, son $45.000 millones que se irían ejecutando en la medida en que la gente acepte. El valor se establece de acuerdo a las utilidades de los negocios o a lo que producen. Si bien los valores pueden ser inferiores a las aspiraciones de cada uno, son recursos suficientes para poder trasladar la unidad productiva y seguir produciendo.
¿Entonces no le van a apuntar más a construcción de vivienda?
También, se construirán proyectos habitacionales porque no todo el mundo tiene unidades productivas. De los 8777 hogares verificados tenemos identificadas 1015 unidades productivas, de resto son familias que viven en el jarillón a las que debemos mitigarles el riesgo a través de un apartamento.
¿Los que solo tienen vivienda en el jarillón, pueden acogerse a la modalidad de recibir la plata?
No, eso es solo para lo que corresponde a unidades productivas. Es que hay varios modelos: uno es el que tiene el hogar en el jarillón, a ese se le compensa con una nueva vivienda; el mixto, que tiene vivienda y unidad productiva, a ese se le compensa con vivienda y se le ayuda a trasladar, a través de la compensación económica, el negocio. Y al que solo tiene unidad productiva, se le ayuda con el traslado.
¿Y qué pasa con las familias que ya fueron trasladadas a apartamentos y que tenían unidades productivas?
No creo que me equivoque cuando digo que el 98 % de los trasladados solo tenían viviendas. Habrá algunos casos y a ellos los hemos apoyado con programas para que continúen con el desarrollo de sus proyectos.
¿Qué se viene en construcción de viviendas?
En el momento no tenemos nada disponible, está lo que había en Río Cauca y Ramalí, la próxima semana haremos las últimas entregas. Lo que se viene es en marzo o abril que tendremos nuevas viviendas, no tengo los sitios exactos.
El Fondo de Adaptación es el que está encargado de eso a través de Comfandi, ellos están buscando los proyectos. Con los nuevos modelos se construye muy rápido, en cinco o seis meses. La idea es que estén disponibles para el primer trimestre del próximo año.
Estamos buscando soluciones relativamente pequeñas, de 300 viviendas, es mucho más fácil empezar a construir comunidad así. Pero si hay un proyecto de 500 u 800 lo tomaremos, hay una necesidad de mitigar el riesgo. A veces no duermo de pensar lo que le puede pasar a la ciudad si se nos entra el río, eso sería una tragedia que el mundo no ha visto.
Podría ser, sin ser tan dramático, como el tsunami de hace quince años en Asia. El efecto puede ser devastador, es la mitad de la ciudad inundada, con pérdidas millonarias, con la obligación de que toda la ciudad sea reasentada, creo que la gente eso no lo ha entendido. Si el río Cauca se nos entra, vamos a tener que llevarnos a todos los caleños a otro lado, nos vamos a quedar sin acueducto y sin alcantarillado.
¿Usted cree que de verdad vamos a tener el jarillón desocupado para el 2018?
Espero que sí, estamos trabajando para eso. Tenemos el decreto, que es una herramienta muy importante, tenemos el protocolo para hacer todo el proceso de habilitación y garantizarles así a todas las familias que revisamos sus casos con cuidado y les garantizamos los derechos. Pero también tenemos una herramienta que es la restitución de bien de uso público, que usamos cuando agotamos todas las vías de negociación y conciliación.
El tema social detrás de la liberación del jarillón ha sido muy complejo estos años. Lo que se ven son escenas de la gente con sus cosas, resistiéndose a que les tumben las casas. Y afirman que no hay una mirada social en este proceso. Eso ha frenado la evacuación…
Efectivamente es un tema social nada fácil, incluso para las personas que nos toca estar acompañando las diligencias eso es un drama, pero hay que entender que esto obedece a un proceso muy largo en el que se han agotado todas las vías de conciliación y donde hay una necesidad de liberar el jarillón.
Estamos protegiendo las vidas de ellos y del resto de los caleños. Hemos tenido en cuenta todas las recomendaciones de los jueces y de los organismos de control. Estamos trabajando todas las dependencias coordinadamente para que a todos se les garanticen los derechos. Hay mucha presión de la lluvia, ni siquiera del Fondo de Adaptación, tenemos unas temporadas invernales loquísimas, nos han tocado ya grandes aguaceros. El Alcalde no le puede decir a la naturaleza: “deme otros seis años para resolver el problema”.
¿Las personas que han recibido su apartamento en compensación tienen limitada su venta y alquiler?
Tiene que vivir allí por al menos diez años, no los pueden alquilar ni vender. El equipo social de la Alcaldía tiene dos frentes, las familias que están por ser reasentadas y las que ya se reubicaron. Hay una estrategia de intervención social que es la del plan de vida que se construye con ellos y los acompañamos por al menos año y medio, buscamos ayudarles a que se apropien de ese nuevo entorno.
¿Han detectado gente que alquila o vende?
Tenemos algunos casos, lo que hacemos es hablar con la persona, porque hubo un compromiso que si se incumple, el Estado puede quitarle el apartamento. Este es un proceso en el que avanzamos tan rápido como la gente quiera porque no entregan los documentos, la mayoría deja todo para última hora y hay una creencia de que “de aquí no nos van a sacar” y que pasarán otros diez años y no pasará nada.
¿Si no se alcanzan a hacer estas tareas antes del 2019 se pierde la plata?
Sí, son $963.000 millones, de los cuales las dos terceras partes las aporta la Nación a través del Fondo de Adaptación. El compromiso es que vamos a liberar el jarillón, sí o sí, tenemos que hacerlo por la ciudad por nuestros hijos, por la familia, es que nos podemos quedar sin ciudad. Estamos haciendo todo para hacerlo de una manera concertada.
Los trabajos
¿Cuáles son las obras que se están adelantando en este momento en el jarillón?
Se hacen dos intervenciones: una sobre la cresta del jarillón, donde se pone una pantalla de concreto para evitar que la presión lateral del agua lo vaya a tumbar. Se remueve una capa de material inadecuado que está obre el jarillón (basura, escombros, material vegetal), se rellena con una capa de material adecuado y se hace la pantalla.
El otro reforzamiento es que en la cara húmeda del jarillón, que da contra el río, se ponen unas columnas de grava y se va hasta la parte del suelo que es más dura, hasta el limo, para darle estabilidad al jarillón frente a un movimiento telúrico. Porque el rompimiento se nos puede dar por dos vías, por un sismo o porque el agua empuja al jarillón.
¿Cuál es la zona más urgente?
Los estudios indican que hay seis puntos críticos, donde el jarillón está más debilitado. Dos de ellos están en el sector de Las Vegas-Venecia, por eso es nuestra prioridad este sector, de donde el 70 % de la gente ya ha salido voluntariamente.